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As had been agreed, the Crimson
Dreamcaster was given the option of exchanging codexes for his mission or wake hours for his narcoleptic alter ego, Zigmund Zomnus, in the real world. Provided
that it was a simple mission and how he longed for a normal life, he opted for the
latter. He received a week of wake hours as a reward. He took advantage of this time
to get a simple job in public relations field for bars in the streets. The Oneiroi Dream Gods had
given him a wristwatch with an alarm that marked his next narcolepsy attack.
The watch also measured time in the dream world applied to real time. Hence the time he worked as the Crimson Dreamcaster and the time he spent in his
reality; a fact that proved very effective, both on one side and on the other. He could also adjust the manifestation of those wake hours with consecutive insomnia or dreamless sleep periods either to fulfill the time sentence completely or prolongue the wake hours in real time.
Thanks to his work and this new arrangement, he began to socialize and meet people. In Saffron City, people went out to party a lot. What was not expected is that the most terrible rival that he would ever face, was plotting in this area.
From the first days, Zigmund
Zomnus noticed that many of the partiers lost consciousness after having a few
drinks. Contrary to their narcolepsy, people were still drunk and active. While
in Saffron City this was limited to acts of vandalism, something more horrible
happened in the Dream World. And he would not find out until the end of the
week when his time payment deadline was over. His
narcolepsy returned him to the Dream World where the Oneiroi explained the new invasion of dream parasites that plagued the kingdom. Zigmund
prepared to expell the new threat. Apparently they crowded into large groups and
extracted the positive flow of dreams from the collective subconscious of
humanity. This caused the citizens of Saffron City to lose all motivation and
hope when they woke up. Which then led to mass suicides. The mission of the
Crimson Dreamcaster was to eliminate these monstrosities and restore the drained
dreams. For the first, he would receive bounties in wake hours and, for the second, he realized that he required more codexes.
ONÍRICO CARMESÍ # 6
Como se había pactado, el Onírico Carmesí fue dado la opción
de intercambiar códices para su misión u horas de vigila para su alter ego
narcoléptico, Zigmund Zomnus, en la realidad. Provisto que se trataba de una
misión simple y ansiaba desde hace mucho una vida normal, optó por lo segundo. Recibió
una semana de vigila como recompensa. Aprovechó este tiempo para conseguir un trabajo
sencillo como relaciones públicas de bares en las calles. Los dioses del sueño le habían
dado un reloj de pulsera con una alarma que marcaba el próximo ataque de
narcolepsia. El reloj también marcaba el tiempo en el mundo de los sueños
aplicado al tiempo real. Es decir, el tiempo que trabajaba como el Onírico Carmesí
y el tiempo que pasaba en su realidad; un hecho que probaba muy efectivo, tanto
de un lado como del otro. También podía ajustar la manifestación de esas horas de vigilia en insomnio consecutivo o períodos oníricos sin sueños para cumplir completamente la sentencia o prolongar las horas de vigila en tiempo real. Gracias a su trabajo y este nuevo acuerdo, empezó a
socializar y conocer gente. En Ciudad Azafrán, la gente salía mucho de fiesta. Lo
que no se esperaba es que el rival más terrible al que se enfrentaría estaba
maquinando por esta área.
Desde los primeros días, Zigmund Zomnus se percataba que gran
parte de los fiesteros perdía la conciencia después de beber pocas copas.
Contrario a su narcolepsia, la gente seguía borracha y activa. Mientras que en
Ciudad Azafrán se limitaba a actos de vandalismo, en el mundo de los sueños
sucedía algo más terrible. Y no lo descubriría
hasta terminar la semana y el plazo de pago que marcaba el reloj se agotaba. La
narcolepsia le devolvía al mundo de los sueños donde los Oneiros le explicaban
la nueva invasión de parásitos oníricos que azotaban el reino. Zigmund se
preparó para embestir la nueva amenaza. Por lo visto se aglomeraban en grandes
grupos y extraían el flujo positivo de la ensoñación del subconsciente
colectivo de la humanidad. Esto provocaba que los ciudadanos de Ciudad Azafrán
perdiesen toda motivación y esperanza al despertar. Que luego condujo a
suicidios en masa. La misión del Onírico Carmesí era eliminar estas
monstruosidades y reinstaurar los sueños drenados. Para lo primero, recibiría recompensa en horas de vigilia, y para lo segundo, se percató
que requería más códices.
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