Sunday, January 6, 2019

CRIMSON DREAMCASTER # 6


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As had been agreed, the Crimson Dreamcaster was given the option of exchanging codexes for his mission or wake hours for his narcoleptic alter ego, Zigmund Zomnus, in the real world. Provided that it was a simple mission and how he longed for a normal life, he opted for the latter. He received a week of wake hours as a reward. He took advantage of this time to get a simple job in public relations field for bars in the streets. The Oneiroi Dream Gods had given him a wristwatch with an alarm that marked his next narcolepsy attack. The watch also measured time in the dream world applied to real time. Hence the time he worked as the Crimson Dreamcaster and the time he spent in his reality; a fact that proved very effective, both on one side and on the other. He could also adjust the manifestation of those wake hours with consecutive insomnia or dreamless sleep periods either to fulfill the time sentence completely or prolongue the wake hours in real time. Thanks to his work and this new arrangement, he began to socialize and meet people. In Saffron City, people went out to party a lot. What was not expected is that the most terrible rival that he would ever face, was plotting in this area.

From the first days, Zigmund Zomnus noticed that many of the partiers lost consciousness after having a few drinks. Contrary to their narcolepsy, people were still drunk and active. While in Saffron City this was limited to acts of vandalism, something more horrible happened in the Dream World. And he would not find out until the end of the week when his time payment deadline was over. His narcolepsy returned him to the Dream World where the Oneiroi explained the new invasion of dream parasites that plagued the kingdom. Zigmund prepared to expell the new threat. Apparently they crowded into large groups and extracted the positive flow of  dreams from the collective subconscious of humanity. This caused the citizens of Saffron City to lose all motivation and hope when they woke up. Which then led to mass suicides. The mission of the Crimson Dreamcaster was to eliminate these monstrosities and restore the drained dreams. For the first, he would receive bounties in wake hours and, for the second, he realized that he required more codexes.


ONÍRICO CARMESÍ # 6

 Como se había pactado, el Onírico Carmesí fue dado la opción de intercambiar códices para su misión u horas de vigila para su alter ego narcoléptico, Zigmund Zomnus, en la realidad. Provisto que se trataba de una misión simple y ansiaba desde hace mucho una vida normal, optó por lo segundo. Recibió una semana de vigila como recompensa. Aprovechó este tiempo para conseguir un trabajo sencillo como relaciones públicas de bares en las calles. Los dioses del sueño le habían dado un reloj de pulsera con una alarma que marcaba el próximo ataque de narcolepsia. El reloj también marcaba el tiempo en el mundo de los sueños aplicado al tiempo real. Es decir, el tiempo que trabajaba como el Onírico Carmesí y el tiempo que pasaba en su realidad; un hecho que probaba muy efectivo, tanto de un lado como del otro. También podía ajustar la manifestación de esas horas de vigilia en insomnio consecutivo o períodos oníricos sin sueños para cumplir completamente la sentencia o prolongar las horas de vigila en tiempo real. Gracias a su trabajo y este nuevo acuerdo, empezó a socializar y conocer gente. En Ciudad Azafrán, la gente salía mucho de fiesta. Lo que no se esperaba es que el rival más terrible al que se enfrentaría estaba maquinando por esta área.

Desde los primeros días, Zigmund Zomnus se percataba que gran parte de los fiesteros perdía la conciencia después de beber pocas copas. Contrario a su narcolepsia, la gente seguía borracha y activa. Mientras que en Ciudad Azafrán se limitaba a actos de vandalismo, en el mundo de los sueños sucedía algo más terrible. Y no lo descubriría hasta terminar la semana y el plazo de pago que marcaba el reloj se agotaba. La narcolepsia le devolvía al mundo de los sueños donde los Oneiros le explicaban la nueva invasión de parásitos oníricos que azotaban el reino. Zigmund se preparó para embestir la nueva amenaza. Por lo visto se aglomeraban en grandes grupos y extraían el flujo positivo de la ensoñación del subconsciente colectivo de la humanidad. Esto provocaba que los ciudadanos de Ciudad Azafrán perdiesen toda motivación y esperanza al despertar. Que luego condujo a suicidios en masa. La misión del Onírico Carmesí era eliminar estas monstruosidades y reinstaurar los sueños drenados. Para lo primero, recibiría recompensa en horas de vigilia, y para lo segundo, se percató que requería más códices.

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