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Having heard the story of the Oneiroi,
Zigmund Zomnus found very little motivation in its content. He was not the least bit interested in
being the chosen one to protect the dream world. The only thing he ever wanted was a
normal life: work, being in a loving relationship and to live in general without his
narcolepsy getting in the way. The Dream Gods were surprised by his indifference but still offered him just what he wanted. They would
pay him with wake hours in the real world in exchange for his services. Each
mission proposed by them would have a reward that, transcribed to Saffron City,
would free him from his narcolepsy for a certain time period.
And at the end of that period, he had to return to the dream world to gain more
wake hours. Hence the Crimson Dreamcaster as a traditional hero became the Crimson
Dreamcaster as a mercenary and bounty hunter. Having agreed to these terms,
Zigmund still couldn’t understand what his duties, responsibilities and
powers would be.
The Oneiroi explained how each of
them would be their teacher in their area of expertise. Morpheus would teach
him the art of dreams and magic to create positive dream scenarios. Phobetor
would teach him the arts of nightmares and magic to create negative dream
scenarios. Phantasos would teach him the art of hand to hand combat and provide
him with the necessary arsenal for his missions. During his training, he
learned that the abilities also possessed a physical embodiment; dreams,
nightmares and weapons were compressed in eyeballs with limited powers. Eyeballs
were storage facilities for the power of the Crimson Dreamcaster. This
transmutation was concentrated in the spectrum of red eyes (dreams) and violet
eyes (nightmares). Likewise, the physical access to Phantasos’ weapons were
represented by yellow eyes. The eyeballs manifested differently in the dream world. Reds floated around like pollen in the wind, violets came out of the
ground like potatoes and yellows sprouted like flowers or fruits.
While Zigmund already found
everything fantastic, he found even more impressive the powers he could extract from
them. With just grasping an eyeball, it would insert itself in the palm of his
hand. The red eyes emitted dream powers to generate environments and positive
dream constructs. The violet eyes emitted nightmare powers to generate
environments and negative dream constructs. Yellow eyes emitted the power of
weapons to therefore create swords, shields, batons, flails, guns, shotguns,
grenades, bazookas, etc. (also limited in terms of use or ammunition). The
three Oneiroi explained the limitations of each eye as the consequences that
were derived when using them. On the one hand, constructs could be made by the
beholder's own will but each creation was proportional to the amount of eyes charged.
So despite their voluntary aspect, each construct had a specific codex to map
out its nature by quality and quantity. Codexes were formed by katas or
choreographed movements fueled by a specific number of absorbed eyeballs. The complexity
of his training continued on this path.
ONÍRICO CARMESÍ # 3
Habiendo escuchado el relato de los Oneiros, Zigmund Zomnus
encontraba poca motivación en su contenido. No le interesaba ser el elegido
para proteger el mundo de los sueños. Lo único que había querido toda su vida
era una vida normal: trabajar, amar y vivir en general sin que su narcolepsia
interviniese. Los dioses del sueño se veían sorprendidos por su indiferencia pero le ofrecieron justo lo que quería. Es decir, le pagarían con
horas de vigila en el mundo real en intercambio por sus servicios. Cada misión propuesta por los mismos tendría una remuneración que, transcrita a Ciudad
Azafrán, lo libraría de la narcolepsia que lo acechaba por un período
determinado. Y al acabar dicho período, debía volver al mundo de los sueños
para recuperar más horas. Con lo cual el Onírico Carmesí como héroe tradicional
pasó a ser el Onírico Carmesí como mercenario y cazarrecompensas. Habiendo
accedido a estos términos, Zigmund seguía sin comprender cuáles serían
sus funciones, responsabilidades y talentos.
Los Oneiros le explicaban cómo cada uno de ellos sería su
maestro en su área de especialidad. Morfeo le enseñaría las artes del sueño y
magia para crear escenarios oníricos positivos. Fobétor le enseñaría las artes
de las pesadillas y magia para crear escenarios oníricos negativos. Fantaso le
enseñaría las artes para luchar cuerpo a cuerpo y proveerle el arsenal
necesario para el combate. Durante el entrenamiento, aprendió que los poderes
también poseían una cualidad física, pues, tanto los sueños las pesadillas y
las armas venían comprimidos en globos oculares con poderes limitados. Los ojos eran focos de almacenamiento para el
poder del Onírico Carmesí. Su transmutación se concentraba en el espectro de
ojos rojos (sueño) y ojos violetas (pesadillas). Asimismo, el acceso físico a
las armas de Fantaso, comprendían una parte física representada en ojos amarillos.
Los globos oculares se manifestaban de distinta manera en el mundo de los
sueños. Los rojos volaban como polen en el viento, los violetas salían como
patatas de la tierra y los amarillos brotaban como flores o frutas.
Mientras que Zigmund ya encontraba todo fantástico, le
resultaba más impresionante los poderes que podía extraer de los mismos. Con
sólo empuñar un globo ocular, se introducía éste a la palma de su mano. Los
ojos rojos emitían los poderes del sueño para generar entornos y creaciones
oníricas positivas. Los ojos violetas emitían los poderes de las pesadillas
para generar entornos y creaciones oníricas negativas. Los ojos amarillos
emitían el poder de las armas para crear espadas, escudos, porras, mayales,
pistolas, escopetas, granadas, metralletas, bazucas, etc (también limitados en
cuanto a tiempo de uso por desgaste o municiones). Los tres Oneiros le
explicaban las limitaciones de cada ojo como las consecuencias que se derivaban
al utilizarlos. Por un lado, las creaciones podían hacerse a la voluntad del
creador pero cada creación era equivalente a la cantidad de ojos cargados. Por
lo que pese al aspecto voluntario, cada creación tenía determinados códices en
cuanto calidad y cantidad. Los códices se formaban por katas o movimientos
coreografiados y un número concreto de ojos. Su entrenamiento más complejo
seguiría por este camino.
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